sábado, 3 de abril de 2010

ENIGMA - 3


EL CONDUCTOR SILENCIOSO

Un taxista recogió a una persona que conversaba mucho. El chófer no tenía deseos de hablar, así que procedió como si fuese sordo y mudo. Señaló su boca y sus orejas para que se entendiera que no podía ni hablar ni oír. Cuando llegó al lugar que la mujer le había indicado, dirigió su dedo índice hacia el taxímetro para que ella supiera cuánto debía pagar. La pasajera lo hizo y se bajó del vehículo. Pero, mientras se alejaba, se dio cuenta de que el conductor le había mentido. ¿Cómo lo supo?
Para orientarnos, trataremos de imaginar que somos pasajero e intentaremos reconstruir el viaje.

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